Mi amigo Antonio Valenzuela (https://www.instagram.com/antoniovalenzuelacanovaca/),
autor de “Hijos de la adversidad” y “Activa tus mitocondrias” me habló de Javier Butragueño Revenga ( https://www.instagram.com/javierbutra/) y hoy traigo a mi espacio de LECTURAS PARA COMPARTIR su libro “Entrena para la vida. Naciste para
disfrutar del movimiento, de la alimentación consciente y la mentalidad de una
ganadora (Editorial Transverso).
Javier Butragueño es Doctor en Ciencias de la Salud y el Deporte, también fundador de Obesity Management School y Objetivo Mejorar tu Salud
(https://www.objetivomejorartusalud.com/enlaces); así como Coordinador del grupo de ejercicio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).
Hay una frase que dice: “Motivar no es dar ánimos, sino dar motivos”
y eso es lo que hace muy bien en su libro Javier Butragueño, nos da muchos
motivos y argumentos para “entrenar para la vida” y en su capítulo 9 titulado:
“No entrenas para gustarle al espejo”
nos responde a la siguiente pregunta:
¿Para qué entrenas?
“Las conversaciones que tienes con la imagen que refleja el espejo y los monólogos de la báscula te irán condicionando poco a poco para hacer un cambio, pero comenzarás desde el punto equivocado. Moverte con agilidad, subir escaleras, correr, agacharte, saltar, bailar con flow, hacer rutas de senderismo o nadar nada tienen que ver con el espejo.
Quiero que entiendas mi visión del
cuerpo, quiero que sepas que los pulmones no viven para mirarse al espejo;
ellos saben que tienen que captar oxígeno y pasarlo a la sangre, que tienen que
expulsar el dióxido de carbono, un gas de desecho, para mantener a otros
compañeros estables. El corazón no entrena para el espejo; sabe que necesita
bombear sangre, oxígeno y nutrientes para que puedas mantenerte sano. El
estómago no entrena para el espejo; sino para ayudarte a digerir los alimentos,
mezclarlos con sus jugos digestivos y convertirlos en líquido diluido. El
intestino no entrena para el espejo, sino para transportar los alimentos,
absorber nutrientes y eliminar desechos mediante la defecación. Los huesos no
entrenan para el espejo, sino para sostenerte, para proteger los órganos
internos y para regalarte la posibilidad de moverte. Por último, los músculos
tampoco entrenan para el espejo; ellos son los principales encargados de
generar movimiento. Además, mantienen estables a otros sistemas haciendo un
trabajo de coaching muscular que se
comunica con todos los sistemas mediante las exerkinas.
Entrenas
para tus sistemas, no para el espejo”
Butragueño, J. (2023): “Entrena
para la vida. Naciste para disfrutar del movimiento, de la alimentación
consciente y la mentalidad de una ganadora”. (pp. 90 y 91). Editorial Transverso.
El día que conseguí dejar de fumar,
hará unos 20 años, sentí la importancia del oxígeno, la energía física y mental
que te da, y ahora que ando con eso de
la respiración nasal no te digo nada. Por eso os recojo este texto sobre el
oxígeno del libro de Javier Butragueño:
¿Comprendes lo que ocurre cuando haces
ejercicio?
“Me gustaría explicarte más
profundamente los beneficios de algunas de las capacidades de la condición
física de manera aislada, ya que, para ser consciente de la importancia que
tienen y no ver el ejercicio como un enemigo que te hace sufrir, hay que
comprender lo que ocurre cuando comienzas a estimular al cuerpo y el ejercicio
se convierte en tu mejor medicina.
Vamos a comenzar con el entrenamiento
de resistencia (correr, nadar, montar en bici, remar…). Es fundamental para captar, transportar y utilizar oxígeno y
que todos los procesos internos funcionen bien. Sin oxígeno no hay vida.
Mucha gente sale a correr sin entender
esto, solo porque le han dicho que hay que quemar calorías para adelgazar. Sin
embargo, si nuestra condición cardiorrespiratoria es muy bajita porque no
entrenamos, nuestro cuerpo no puede suministrar oxígeno a todos los tejidos
para hacer todos los procesos de reparación y regeneración que necesita, por lo
que se irá deteriorando con mayor rapidez.
Cada
día que sales a correr y aumentas la necesidad de consumir oxígeno
durante un tiempo determinado, estás consiguiendo regalarle el mejor nutriente
para mantenerse equilibrado. Por un lado, los pulmones trabajarán para suministrar
ese oxígeno, la sangre será la encargada de transportarlo mediante el sistema
vascular y el corazón será la bomba que mantendrá todo esto en funcionamiento.
Poco a poco y repitiendo el
entrenamiento cada día, se harán más fuertes y resistentes, se adaptarán y
tendrán más capacidad para ayudarte cuando lo necesites y protegerte contra
otras enfermedades.
Un ejemplo claro fue en la época de la
pandemia. Pudimos ver que aquellas personas que tenían una mayor capacidad
cardiorrespiratoria tenían menos riesgo de mortalidad o de ir a la Unidad de
Cuidados Intensivos (UCI). Sinceramente tengo que decirte que no he visto ningún
medicamento que haga esto hasta la fecha, por lo que, si quieres un metabolismo
eficiente y sano, dependerá en gran medida de que le regales cada día un
movimiento que genere un rango terapéutico de oxígeno.
Cuando estás sentado, tu cuerpo está
captando unos 300 ml/min de oxígeno aproximadamente; si te levantas, aumenta a
unos 500 ml/min. Si decidimos andar rápido, podría subir a unos 1000 ml/min,
dependiendo de la persona; si corremos podría aumentar desde 1300 a 5000
ml/min, en función de la intensidad y la capacidad. Es decir, sería interesante
subir en algún momento del día a valores de 1000 ml/min o superiores para que
el cuerpo se entrenase y le dieras el mejor regalo del mundo: el oxígeno”.
[…]
“Ya lo decía Claude Bernard, médico y
fisiólogo francés: “Quien no sabe lo que
busca, no entiende lo que encuentra”. Espero que ahora entiendas que
entrenas para vivir mejor, que necesitas el oxígeno para mantener tu cuerpo
sano, que solo puedes alimentarte de oxígeno mediante el entrenamiento de
resistencia con algo de intensidad y repetirlo siempre que puedas adaptarlo y
mejorarlo”.
Butragueño, J. (2023): “Entrena
para la vida. Naciste para disfrutar del movimiento, de la alimentación
consciente y la mentalidad de una ganadora”. (pp. 44 - 46). Editorial Transverso.
Coincide que ya son muchos los autores
y divulgadores científicos que hablan de todas las funciones que realizan los
músculos; al igual que lo hace Javier Butragueño:
¿Para qué hacemos el entrenamiento de fuerza?
“Otro tipo de entrenamiento que ha ido
ganando popularidad en los últimos años ha sido el de fuerza. Los grandes
avances en la investigación del músculo como órgano endocrino han mostrado que
no solo es importante la cantidad de masa muscular, sino la calidad muscular,
su función y cómo se comunica con otros sistemas. Es decir, podemos encontrarnos
dos personas con una masa muscular parecida pero que no son capaces de generar
la misma fuerza. Aunque uno tenga más músculo, no significa que sea más fuerte
ni más sano, ya que puede ser de peor calidad.
[…]
“Es decir, no solo podemos fijarnos en
la masa muscular, sino en su capacidad y funcionalidad. Realmente, esta es la
que determina la salud de las personas.
La calidad muscular hace referencia a
la estructura del músculo, a la cantidad de fuerza o potencia que eres capaz de
generar en un tiempo determinado, a la velocidad a la que eres capaz de andar o
los pasos por minuto que puedes hacer durante un tiempo determinado, a si eres
capaz de hacer más de quince flexiones seguidas, o saltar, sentarte y
levantarte de una silla entre veintisiete y treinta y dos veces en treinta
segundos u otras acciones que utilizas en nuestro día a día y que no eres
consciente de que requieren fuerza para desarrollarlas.
Cuando optimizas la calidad del
músculo, aumenta su capacidad funcional, mejora la famosa mitocondria, eres más
fuerte y te comunicas mejor con otros sistemas. De hecho, es una variable que
se utiliza cada día más en el ámbito clínico como un biomarcador de salud y
como una señal de enfermedad.
[…]
“No entiendo que no podamos explicar
que el entrenamiento de fuerza se hace para aumentar la densidad del hueso,
evitar la osteoporosis, mejorar la tensión arterial, equilibrar el metabolismo
de los lípidos y la glucosa, mejorar la eficiencia almacenando y renovando
sustratos energéticos que necesitan otros órganos y sistemas, proteger la
estructura del cuerpo, generar energía y mejorar la funcionalidad y contenido
de la mitocondria, producir lo que nosotros llamamos mioquinas y una
comunicación eficiente con otros sistemas. Mejorar la sensibilidad a la insulina
evitando que seamos diabéticos y otras miles de funciones.
En realidad, dejando de lado la parte
estética, el músculo es increíble:
constituye entre el 30 y el 40 % del peso corporal y es el órgano endocrino más grande de nuestro cuerpo, por lo que me
sorprende que se le haya dado tan poca importancia en la medicina de hoy en
día. Poco a poco, las cosas están cambiando y se comienza a recetar como medida
preventiva, como tratamiento paralelo para tratar otras enfermedades, pero aún
queda mucho camino por recorrer y muchos mitos que desterrar”.
Butragueño, J. (2023): “Entrena
para la vida. Naciste para disfrutar del movimiento, de la alimentación
consciente y la mentalidad de una ganadora”. (pp. 48 y 49). Editorial Transverso.
“Sal de la MENTE y entra en el CUERPO” es la frase con la que yo me animo para hacer
el entrenamiento funcional que Mafi (mi profesora
de Pilates y de Entrenamiento Funcional) me prepara cada mes.
¿Cuál es
tu frase ritual para que tu
entrenamiento sea algo muy personal”
Javier Butragueño nos revela uno de
sus secretos:
“Te voy a contar un ritual que utilizo
desde hace años y que quiero compartir contigo. Esto no lo sabía nadie, pero
espero que pueda ayudar a cambiar la percepción del ejercicio en algunas
personas y que sintamos gratitud con el movimiento. Yo sé que, para conseguir
que el ejercicio te aporte un mayor beneficio hedónico o te produzca placer, es
importante tener una rutina o ritual establecido. Por ello, cada vez que salgo
a correr con las perras o hago un entrenamiento de fuerza, le doy las gracias a
mi cuerpo en voz baja: “Gracias por
dejar moverme y disfrutar de ti. Te prometo que voy a cuidarte y voy a
disfrutarlo”. Y cuando termino, me digo:”Gracias
por todo lo que me aportas, espero que lo hayas disfrutado y te sientas bien”.
Eso que parece una locura y mucha gente no
lo entenderá. Simplemente es mostrar respeto y gratitud al cuerpo”.
Butragueño, J. (2023): “Entrena
para la vida. Naciste para disfrutar del movimiento, de la alimentación
consciente y la mentalidad de una ganadora”. (p. 117). Editorial Transverso.
“Aprende, comparte y sonríe”. ( https://www.instagram.com/iglesias.paulino/ )
Un saludo muy afectuoso.
Paulino.