El doctor Mark Hyman (https://www.instagram.com/drmarkhyman/), autor de
“La solución del azúcar en la sangre”,
es licenciado en Medicina por la Universidad Cornell y se graduó magna cum laude en la Facultad de
Medicina de la Universidad de Otawa. Ha dedicado su carrera a identificar y
tratar las causas principales de las enfermedades crónicas a través de la
medicina funcional. Algunos de sus libros han sido incorporados en varias
ocasiones a la lista de más vendidos de The
New York Times. Es fundador y director médico de The UltraWellness Center en Lenox, Massachusetts.
En
este libro, además de los estudios científicos y los casos de los pacientes de su
consulta, recoge también muchos cuestionarios y pruebas analíticas que
facilitan el conocimiento de las
verdaderas causas de las enfermedades crónicas, que es la esencia de la “Medicina Funcional” que promueve en su
clínica.
De
“La solución del azúcar en la sangre”
te extraigo 7 preguntas a las que contesto a lo largo del artículo del blog: “Lecturas para compartir” y que espero
te aporten, como a mí, conocimiento y entretenimiento:
1. ¿A qué
llama Mark Hyman “diabesidad”?
2. ¿Qué se
entiende por “prediabetes?
3. ¿En qué
consiste el proceso de la nutrigenómica?
4. ¿Cómo
surgen las enfermedades según “la medicina funcional”?
5. ¿Qué
provoca la inflamación?
6. ¿Tomar
un café está sobrevalorado?
7.
¿Realmente es necesario que tomemos
suplementos vitamínicos?
1. ¿A qué llama Mark Hyman “diabesidad”?
“¿Qué hay tras un nombre? En realidad, la
resistencia a la insulina, síndrome metabólico, síndrome X, obesidad,
prediabetes, diabetes “de adulto” o diabetes tipo 2 son esencialmente un solo
problema. Algunos varían en gravedad, pero todos
pueden tener consecuencias mortales. El diagnóstico y tratamiento de las causas
ocultas o subyacentes que desencadenan todos esos trastornos son los mismos.
Diabesidad es un término más integral para describir el
tránsito de un equilibrio óptimo de azúcar en la sangre hacia la resistencia a
la insulina y a una diabetes pertinaz.
[…]
Casi todas
las personas con más peso del recomendado (más del 70 por ciento de los adultos
estadounidenses) tienen “prediabetes” y corren riesgos significativos de
enfermedades y muerte. Pero no lo saben. Peor aún: si bien la palabra diabesidad está compuesta por los
conceptos de “obesidad” y “diabetes”, hasta las personas que no sufren
sobrepeso pueden enfrentarse a ese problema. Se trata de las personas delgadas
con tripa. O sea “fofas” (sin masa muscular suficiente) en vez de tener más
peso del recomendado, y además tienen
algo de grasa adicional alrededor de la parte central del cuerpo, o “grasa en
el abdomen”. Actualmente no existen recomendaciones nacionales de pruebas
médicas, normativas de tratamiento, medicamentos aprobados, ni reembolsos a
proveedores de cuidados de salud para el diagnóstico y tratamiento de
trastornos que no sean diabetes pertinaz. Piensa en eso. No se espera, ni se
capacita, ni se paga para que los médicos diagnostiquen y le den tratamiento a
la principal enfermedad crónica en Estados Unidos, la cual, conjuntamente con
el hábito de fumar, provoca casi todos los grandes problemas de salud del siglo
XXI, incluyendo enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, demencia e incluso
cáncer. Pero la buena noticia es que en este libro hay una solución
científicamente probada que he trazado para ti”.
Hyman,
Mark. (2023): “La solución del azúcar en
la sangre”. (pp. 1 y 2). Aguilar.
2. ¿Qué se
entiende por “prediabetes?
En el artículo del libro de (enlace)
…… ¿por qué enfermamos? anterior ya hablaba
de la prediabetes y Mar Hyman también defiende que:
“La idea más importante de este libro es que
la prediabetes no es “pre” de nada. Es una enfermedad mortal que desencadena
los más grandes asesinos: infartos de miocardio, derrames cerebrales, cáncer,
demencia y tantos otros.
[…]
La
prediabetes puede provocar hasta una “predemencia” o discapacidad cognitiva
ligera, o sea, algo similar a las primeras etapas del alzhéimer. Estudios
recientes han demostrado que los diabéticos corren un riesgo cuatro veces mayor
de padecer alzhéimer, y los pacientes con prediabetes o síndrome metabólico
corren un riesgo mucho mayor de predemencia o discapacidad cognitiva ligera
(MCI, por sus siglas en inglés). Ni siquiera tienes que padecer diabetes para
sufrir daño cerebral y pérdida de la memoria debido a altos niveles de insulina
y resistencia a la insulina. El simple hecho de tener prediabetes puede
llevarte a la predemencia. La enfermedad de alzhéimer es considerada en la
actualidad como una diabetes tipo 3. Estudios recientes revelan que en la
medida en que aumenta tu perímetro abdominal, disminuye el tamaño de tu
cerebro. Además, afecta a tu funcionamiento cerebral. Un extraordinario estudio
con imágenes del cerebro hecho por el doctor Daniel Amen y sus colegas puso de
manifiesto que la obesidad estaba asociada con un menor flujo sanguíneo en la
corteza prefrontal (la porción del cerebro que controla la toma de decisiones
ejecutivas como: “¿Me como esa rosquilla ahora mismo o no?”)
Hyman,
Mark. (2023): “La solución del azúcar en
la sangre”. (pp. 31 y 34). Aguilar.
3. ¿En qué
consiste el proceso de la nutrigenómica?
Me encanta este concepto, porque contrasta con la obsesión por la
pérdida de peso como la solución a los
problemas de salud, y Mark Hyman dice:
“Aunque
la pérdida de peso es vital e importante para lograr una salud óptima, lo que
estamos descubriendo en pacientes sometidos a una cirugía de desviación
gástrica es que incluso un cambio total de la dieta en un breve lapso de tiempo
crea cambios metabólicos impresionantes. Todos los parámetros que creíamos
vinculados a la obesidad, tales como altos niveles de azúcar en la sangre,
colesterol alto, hipertensión, inflamación y obstrucción de arteria, se reducen
enormemente incluso sin una pérdida
de peso significativa, debido a los rápidos efectos de los cambios en la dieta
que controlan qué genes se activan o desactivan. Este proceso se conoce como nutrigenómica: la forma en que los
alimentos dialogan con nuestros genes. Si
bien la pérdida de peso es importante, lo es mas la calidad de los alimentos que ingerimos. Estos son la
información que cambia de inmediato nuestro metabolismo y nuestros genes.
Lo
contrario también es cierto, como aprendimos en un estudio publicado en la
revista New England Journal of Medicine,
donde se analizaba el caso de una mujer a la cual le extrajeron 20 kilos de
grasa abdominal con una liposucción. La paciente no mostró cambios rn ninguno
de los marcadores metabólicos de obesidad, incluidos el azúcar en la sangre, el
colesterol, la tensión y la inflamación. A pesar de perder 20 kilos, siguió
enferma.
La moraleja de todo lo anterior es que
la calidad de los alimentos que
incorporamos a nuestro organismo rige el funcionamiento de nuestros genes,
metabolismo y salud en general. No se trata de una simple cuestión de peso o de
calorías ingeridas/calorías quemadas. Consumir alimentos potentes, alteradores
de genes, integrales, naturales y frescos que tú cocinas puede cambiar
rápidamente tu biología. Perderás peso al equilibrar tus sistemas, no al
matarte de hambre. La solución del azúcar
en la sangre es como someterse a una desviación gástrica sin el dolor de la
cirugía, los vómitos y la desnutrición”.
Hyman,
Mark. (2023): “La solución del azúcar en
la sangre”. (pp. 41 y 42). Aguilar.
4. ¿Cómo
surgen las enfermedades según “la medicina funcional”?
Lo más
ambicioso del libro es reconocer el equilibrio de los siete sistemas fundamentales
de nuestro organismo sobre los que se basa la medicina funcional:
“El método
que la medicina funcional adopta ante la enfermedad no es un nuevo tratamiento,
modalidad, especialidad o técnica. Tampoco es medicina integrativa o
alternativa. Es el futuro de la medicina: aplicar nuevos descubrimientos de la
biología acerca de cómo enfermamos realmente y cómo podemos crear salud. Es
darle tratamiento a todo el sistema y no solo al síntoma. Además, aplica la
ciencia más avanzada en un método clínico práctico al servicio de nuestra
salud. Es una forma de pensar que se centra en la pregunta de “¿por qué?, o
sea, la causa; y no solo en “¿qué?, o el nombre de la enfermedad.
[…]
Imagínate
que vas al médico y le dices que no tienes energía, que te sientes triste,
desvalido, desesperanzado, que no puedes dormir y que has perdido el interés en
la comida y en las relaciones sexuales.
Es
probable que tu médico te diga: “Ya sé lo que te ocurre. Estás deprimido.
Necesitas un antidepresivo”. Pero la “depresión” es solo un nombre que le damos
a ese conjunto de síntomas, que nada dice acerca de su causa.
Los
síntomas de depresión pudieran ser resultado de un trauma emocional; una reacción
autoinmune al gluten que afecta al funcionamiento de la tiroides; deficiencia
de vitamina B12 porque estás tomando un protector de ácido que evita su
absorción; deficiencia de vitamina D porque vives en Seatle; inflamación
intestinal por tomar demasiados antibióticos que matan la flora normal; grandes
cantidades de mercurio en el organismo porque te encanta el pescado;
deficiencia de omega-3 porque detestas el pescado; o resistencia a la insulina
porque consumes demasiado azúcar. El diagnóstico y tratamiento de cada una de
esas causas es muy diferente. Lo mismo ocurre con la obesidad, la diabetes y
cualquiera de los miles de síntomas clasificados como “enfermedades” en
nuestros libros de medicina.
Ahora
tenemos un sistema de clasificación de enfermedades basado en la ubicación o
geografía del cuerpo (cabeza, articulaciones, estómago) y por síntomas. En la
actualidad hay más de 12.000 diagnósticos, y en el nuevo sistema de
clasificación tendremos 155.000 enfermedades diferentes. Eso no tiene sentido. La medicina funcional reconoce que casi
todas las enfermedades surgen a partir de desfases en los pocos sistemas claves
de tu organismo (los sietes pasos) que ocurren cuando tienes demasiadas
cantidades de algo (toxinas, microbios, alérgenos, dieta insuficiente, estrés)
o cantidades insuficientes de algo (alimentos naturales y enteros, nutrientes [vitaminas
y minerales], luz, agua, aire, sueño, movimiento, ritmo, amor, conexión,
significado y propósito).
[…]
Hay siete
sistemas fundamentales en nuestro organismo que pueden descontrolarse. Para
curarnos de la diabesidad, o vencer
cualquiera de las demás enfermedades crónicas que podemos padecer, es preciso
volver a equilibrar estos siete sistemas fundamentales. En la Parte II
exploraremos los desequilibrios de estos sistemas y las formas de corregirlos:
·
Paso 1. Estimula tu nutrición.
·
Paso 2. Regula tus hormonas.
·
Paso 3. Reduce la inflamación.
·
Paso 4. Mejora tu digestión.
·
Paso 5. Maximiza la desintoxicación.
·
Paso 6. Perfecciona el metabolismo energético.
·
Paso 7. Tranquiliza tu mente”.
Hyman, Mark. (2023): “La solución del azúcar en la sangre”. (pp. 70, 74 y 75). Aguilar.
5. ¿Qué
provoca la inflamación?
En el paso 3: “Reduce la inflamación”,
Mark Hyman nos explica las posibles causas de la inflamación, que a su vez
producen resistencia a la insulina y provocan la mayoría de las enfermedades
crónicas:
“Uno de los descubrimientos médicos más
significativos del siglo XXI es que la inflamaciones el vínculo común que
conecta no solo las enfermedades autoinmunes y alérgicas obvias, sino también
la mayoría de las enfermedades crónicas, incluidas las cardíacas, la obesidad,
la diabetes, el cáncer, la demencia y la depresión. De hecho una inflamación
descontrolada provoca resistencia a la insulina, la cual como ahora sabemos, es
el factor principal de todas esas enfermedades aparte de la autoinmunidad y la
alergia. La resistencia a la insulina
crea aún más inflamación y toda la “casa biológica” se incendia.
[…]
¿Qué
provoca esta inflamación? Varios estudios recientes destacan algunas causas
básicas que podemos identificar y tratar directamente.
El azúcar,
carbohidratos refinados, grasas transgénicas, demasiadas grasas inflamatorias
omega-6 provenientes de aceites vegetales procesados (como el de soja o de
maíz), edulcorantes artificiales, alergias y sensibilidades ocultas a los
alimentos, infecciones crónicas, desequilibrios en las bacterias intestinales,
toxinas medioambientales, estrés y un estilo de vida sedentario propician
inflamación. Por supuesto, la pregunta clave para ti es cuales de esos factores
son la fuente de inflamación, y la respuesta es diferente según cada persona. Si quieres vencer la diabesidad, tienes que encontrar todas las fuentes de inflamación
existentes en tu vida y eliminarlas. La
solución del azúcar en la sangre te
ayudará a lograrlo”.
Hyman, Mark. (2023): “La solución del azúcar en la sangre”. (pp. 114 y 115). Aguilar.
6. ¿Tomar
un café está sobrevalorado?
Me llamó
la atención la inclusión del café dentro de las sustancias aditivas a eliminar de
nuestra rutina diaria. Mark Hyman nos dice que una ingestión rápida de azúcar o cafeína nos da un breve impulso,
luego se produce la crisis y las ansias de comer, así que:
“Recuerda
que aunque no hagas nada más de lo que te recomiendo en este libro, la
eliminación del azúcar, los carbohidratos refinados, los alimentos procesados,
las grasas transgénicas, la cafeína y el alcohol provocará profundos efectos en
tu peso, energía, estado de ánimo y salud en solo unas semanas. Por tanto,
tómate esas vacaciones de las drogas. Serán las mejores vacaciones de tu vida.
[…]
Cuando
estudiaba medicina, todos tomaban café y yo comencé a consumir mi taza diaria.
Al hacerlo, noté que me daba mucho sueño por la tarde, y necesitaba más cafeína
o azúcar para mantenerme despierto. Me di cuenta de que el café era la causa,
dejé de tomarlo y volví a tener energía. Muchos de mis pacientes quedan
atrapados en este ciclo. La mayoría duerme demasiado poco. Pero la cafeína no
compensa la falta de sueño.
Cuando
elimines la cafeína, te sentirás más cansado los primeros días e incluso puede
dolerte la cabeza. Esos síntomas de abstinencia son una señal indudable de
adicción. Pero cuando logres desintoxicarte, tendrás más energía de la que
tenías cuando consumías cafeína.
A
continuación, cómo puedes dar término a tu adicción de la forma menos dolorosa
1.
Comienza un fin de semana cuando puedas dormir
lo suficiente.
2.
Reduce la dosis a la mitad todos los días
hasta que consumas media taza de café al día. Luego, deja de beberlo
3.
Bebe abundante agua.
4.
Toma 1.000 mg diarios de vitamina C.
5.
Si te duele la cabeza, vete a la cama, o si lo
consideras necesario tómate un par de píldoras analgésicas Advil”.
Hyman, Mark. (2023): “La solución del azúcar en la sangre”. (pp. 186 y 187). Aguilar.
7. ¿Realmente
es necesario que tomemos suplementos
vitamínicos?
Mark Hyman nos habla de la importancia
de los nutrientes:
“Nuevas
evidencias científicas han demostrado la importancia de los nutrientes como
contribuyentes esenciales en nuestra bioquímica y metabolismo. Son el aceite
que engrasa las ruedas de nuestro metabolismo. Y las deficiencias a gran escala
de nutrientes que sufre la población, como las grasas omega-3, vitamina D,
ácido fólico, cinc, hierro y magnesio, se han documentado ampliamente en
extensas investigaciones patrocinadas por el gobierno. Parecería una paradoja,
pero la obesidad y la desnutrición van aparejadas. Los alimentos procesados con
gran contenido de azúcar y calorías casi no contienen nutrientes, pero necesitan
muchas más vitaminas y minerales para ser metabolizados. Es un daño doble.
Hay
cuatro razones principales de nuestra carencia de nutrientes. Primero, dejamos
de comer alimentos salvajes que contienen niveles muchísimo más altos de
vitaminas, minerales y grasas esenciales. En segundo lugar, debido al
agotamiento de las tierras de cultivo y las técnicas de agricultura industrial
e hibridación, los animales y las verduras que consumimos tienen menos
nutrientes. En tercer lugar, los alimentos procesados que se fabrican
industrialmente no tienen nutrientes.
Y en cuarto lugar, la carga total de toxinas medioambientales, la falta de luz
solar y el estrés crónico provocan una necesidad mayor de nutrientes.
Por
esa razón, todos necesitan un buen
multivitamínico, aceite de pescado y vitamina D. También recomiendo probióticos
porque la vida moderna, la dieta, los antibióticos y otros medicamentos dañan
nuestro ecosistema intestinal, una parte vital de nuestro sistema para mantenernos
sanos y delgados. Las personas que
padecen de diabesidad necesitan
nutrientes adicionales para reajustar y corregir los desequilibrios
metabólicos, mejorar el funcionamiento de la insulina, equilibrar el nivel de
azúcar en la sangre y reducir la inflamación”.
Hyman, Mark.
(2023): “La solución del azúcar en la sangre”. (p. 250). Aguilar.
Con mucho cariño.
Paulino