La lectura de “Querer no es poder. Cómo comprender y superar las adicciones” de Arnold M. Washton y Donna Boundy de la Editorial Paidós surgió de la recomendación hecha por Javier Giner en su maravilloso libro “Yo adicto” también de la Editorial Paidós.
A lo largo del libro relata varios casos clínicos tratando todo
tipo de adicciones, desde el consumo de sustancias como el alcohol y las drogas
hasta la realización de actividades adictivas como la obsesión por el juego,
por las compras, por el sexo, por el trabajo, etc.
Los autores nos señalan claramente la finalidad de su obra y
coincido plenamente con ellos en que el libro no es un manual de primeros auxilios
sino una obra más profunda y llena de esperanza:
“Utilizando ejemplos extraídos de sus experiencias en la
recuperación de adictos Washton y Boundy no sólo nos enseñan a mantenernos
alejados de sustancias o actividades adictivas —la
cocaína o el alcohol; la obsesión por el juego, el sexo, el trabajo, las
compras, etcétera—, sino también a olvidarnos de ellas para siempre. No se
trata, pues, de un manual de primeros auxilios: es una obra que quiere provocar
cambios sustanciales y encender la llama de una verdadera esperanza.
Continuando con la verdadera esperanza os extraigo y comento
el último capítulo que se titula: “Un futuro con esperanzas”. Y la verdadera esperanza
la reparte entre la recuperación de una PERSONALIDAD ADICTIVA por un lado y la revolución
de la SOCIEDAD ADICTIVA por el otro.
PERSONALIDAD ADICTIVA
A lo largo de su obra explica la posible formación y los rasgos de
una personalidad adictiva y pretende que en su recuperación realice un
cambio de segundo orden profundo y duradero; no quedándose en un cambio de
primer orden, superficial y pasajero:
“La adicción está llena de paradojas. Tal vez la más importante
sea que dentro del adicto se encuentran, a la vez, las semillas de la
destrucción personal y de la autotransformación. Las opciones que usted
haga determinarán cuál de esas semillas habrá de germinar. La persona adictiva
puede seguir buscando soluciones rápidas (cambio de primer orden) o bien
admitir su impotencia respecto de la adicción y así embarcarse en una nueva
serie de desafíos que le ofrece la recuperación (cambio de segundo orden). La
decisión es suya.
Porque para los autores ser adicto es mucho más que el hecho de
consumir substancias o realizar conductas adictivas, el ser adicto lo entienden como:
“Ser adicto tiene mucho más que ver con el enfoque global que uno
tenga de la vida, con manejar sus sentimientos, problemas y otras realidades,
que con la sustancia o actividad mismas”.
Dentro de este enfoque global destaca la importancia de los
pensamientos y sentimientos en la recuperación y mejora del adicto:
“Modificar valores, creencias y actitudes internas es el factor
más importante para cortar las adicciones, según las nuevas investigaciones
realizadas, porque la forma como conceptualizamos las cosas tiene mucho que ver
con la forma como nos sentimos. Si creemos que deberíamos ser
perfectos y luego cometemos un error, sentiremos que somos un fracaso.
Pero si modificamos la creencia y pasamos a creer que estamos bien tal como
somos, entonces cometer un error no provoca sentimientos dolorosos”.
SOCIEDAD ADICTIVA
Con respecto a la sociedad adictiva la considera
determinante en la formación de la personalidad adictiva señalada
anteriormente. Y dice:
“Y así como el adicto no tolera mirar hacia adentro y aceptar
la realidad de sus sentimientos conflictivos y penosos, sino que los proyecta
hacia afuera, tampoco nosotros, como sociedad parecemos capaces de observarnos
honestamente y aceptar la desconcertante realidad de nuestro descontento
colectivo”.
Y después de analizar en el capítulo 7 los rasgos que caracterizan
a una sociedad adictiva, en el último capítulo: “Un futuro con esperanzas", nos anima
a realizar una revolución:
“La epidemia de adicción en los Estados Unidos nos ofrece la misma
oportunidad de optar. Como nación, podemos seguir buscando más soluciones
mágicas para nuestra explosión de adicciones o podemos aprovechar esta crisis
para transformarnos a nosotros mismos y a nuestra cultura.
Si hay algún lado positivo en nuestra epidemia de adicción, es
este: en tanto más y más de nosotros comencemos a rechazar soluciones adictivas
a nuestros problemas, empezaremos a crear una cultura más sana en nuestra
sociedad. En este sentido, la recuperación es revolucionaria. Pero a
diferencia de otras revoluciones, la recuperación nos transforma desde adentro,
en forma natural, orgánica y apacible Ya es hora”.
Washton, A.M. y Boundy, D. Puig, I. (2021): “Querer no es
poder. Cómo comprender y superar las adicciones” (p. 317) Editorial Paidós.
Por lo que puedes ver y comprobar a lo largo de su libro es que con
la voluntad no basta, y con el conocimiento y la experiencia de Washton y
Boundy puedes conocer muchos de los elementos que forman la recuperación plena,
que en esencia implica, cambiar el estilo de vida adictivo por un estilo de
vida sano.
Estimado lector/a, espero que el artículo despierte tu curiosidad.
Y recuerda el slogan de mi Instagram (@iglesias.paulino):
“Aprende, comparte y sonríe”
Un saludo muy afectuoso.
Paulino
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