lunes, 7 de marzo de 2022

El intestino, nuestro segundo cerebro

         El libro sobre el que escribo este artículo fue el regalo en Reyes de 2022 de mi hija. Me hacía ilusión que mi hija me regalara un libro; por supuesto, pero el tema no me atraía mucho; aunque sabiendo que ella es una friki de la alimentación con sus probióticos, su quinoa y su kéfir lo comprendía. ¡Ah!, menuda sorpresa, el libro me ha encantado y desde el blog: paulino-iglesias.blogspot.com y desde el Instagram: @iglesias.paulino os lo comento y recomiendo. El título completo del libro es: “Dime qué comes y te diré que bacterias tienes” y el subtítulo es “El intestino, nuestro segundo cerebro” de ediciones Grijalbo. 

        La autora, Blanca García-Orea Haro es nutricionista clínica, especializada en nutrición digestiva hormonal y con un máster en Microbiótica Humana. También es muy reconocida por su página de Instagram @blancanutri.

        El prologuista del libro, J. Abel Saldarreaga Marín (Médico especialista en Microbiología y Medicina de familia) al igual que mi hija también considera un gran regalo la publicación de este libro:

        “Puedes creerme cuando digo que este libro es un regalo, pues queda patente su generosidad al compartir sus conocimientos con todos nosotros en un tema tan vigente. Ella ha cribado la información, seleccionando la más rigurosa y actualizada, y nos la entrega “mascadita”, lista para saborearla…, nunca mejor dicho, dado el tema que nos ocupa”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (Prólogo). Grijalbo.

        Y como dice Saldarreaga:

        “Hay un proverbio que dice: “Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría”. Así que… ¿empezamos?”

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (Prólogo). Grijalbo.

        En esta historia de Instagram os cito los contenidos que considero más interesantes y que comento en el blog: saludmentaldecerca.es.

(@iglesias.paulino)




  1. Cada bocado cuenta.

        “Aunque se trate de un campo de investigación muy extenso y bastante reciente, considero interesante y motivador conocer el impacto que tiene cada bocado de alimento que nos metemos en la boca, y no solo con respecto a la salud gástrica sino también a la mental, hormonal e inmunológica. Cada bocado cuenta, y más en estos tiempos en los que somos cada vez más adictos a la comida basura y rápida, hábito que predispone a la población a una mayor exposición a enfermedades inmunes, depresión, ansiedad, etcétera. Esto ocurre porque nuestros comensales del intestino —las bacterias— esperan recibir un tipo de alimento tradicional que no llega, por lo que acaban extinguiéndose o alimentándose de algo que no toca”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (págs. 6 y 7). Grijalbo.

        Y sobre estos comensales, bacterias o bichitos, que tan graciosamente aparecen dibujados a lo largo del libro, Blanca nos cuenta que generan compuestos muy beneficiosos para nuestra salud física y mental.

 

2. La genética no lo es todo.

        “La genética no lo es todo, es cierto, pero ahora sabemos que podemos llegar a no desarrollar ciertas enfermedades, aun teniendo predisposición genética a ellas. Podemos influir a través de nuestra epigenética, es decir, todo lo que rodea a la genética: nuestro estilo de vida, incluida la alimentación, el ejercicio, la salud mental, la exposición a tóxicos como el tabaco o el alcohol, y muchos otros factores”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (pág. 7). Grijalbo.

 

 3. “Papel importante en el estado de ánimo”

        “Uno de los beneficios más importantes que nos proporciona la microbiótica intestinal (los bichitos que viven en nuestro intestino) son la síntesis de vitaminas, ácidos grasos de cadena corta como el butirato, el propionato o el acetato, que nos proporciona un 10% de la energía, ya que ayudan a producir glucosa en el intestino de manera natural, lo que quiere decir que una persona que no come bien y no produce estos ácidos grasos tendrá que buscar esa energía a través de hidratos de carbono de rápida absorción como los bollos o las galletas. Esta producción natural te hará sentir más saciado. Además, fabrican más del 80 % de los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina y la dopamina, por lo que tendrán un papel importante en el estado de ánimo

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (págs. 25 y 26). Grijalbo.

 

 4. “El eje intestino-cerebro

        “El eje intestino-cerebro modula las funciones cerebrales, como el comportamiento emocional y la capacidad de respuesta al estrés…Cada vez hay más evidencias que sugieren que la microbiota se ve afectada en aquellas personas que padecen enfermedades neuropsiquiátricas como el autismo, la ansiedad y la depresión. En estos casos, la dieta puede ser de gran ayuda para mejorar la composición de la microbiota intestinal y, por tanto, el comportamiento. El aumento de la permeabilidad intestinal y las alteraciones de la microbiota podrían ser una de las causas de un deterioro inmunológico y asociarse a trastornos psiquiátricos”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (pág. 59). Grijalbo.

 

5. “Autolimpieza”

        Blanca García-Orea Haro recomienda facilitar la “autolimpieza”, llevando a cabo un ayuno intermitente muy fácil de realizar entre comida y comida; el ayuno diurno de 2 o 4 horas y el nocturno de 12 horas (por ejemplo, desde las 21.00 a 9.00 horas). Durante el ayuno, se activa un proceso de limpieza periódico en el intestino que elimina los restos de comida y posibles bacterias malas. Entre los beneficios de la “autolimpieza” que nos señala Blanca destaco:

        “…uno de los grandes beneficios del ayuno es que nos sentimos con más energía, porque aumenta la adrenalina…Otro beneficio muy importante es la “autolimpieza” del aparato digestivo. Durante el ayuno, se activa un proceso de limpieza periódico, cuya función es barrer y limpiar el intestino de los restos procedentes de la digestión, por lo que ayuda a mejorar las indigestiones, los gases, la hinchazón y el sobrecrecimiento bacteriano”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (pág. 107). Grijalbo.

        “Es importante que este sistema (autolimpieza) funcione bien porque, además, el tipo de composición bacterias de tu intestino, es decir, si tienes más bacterias malas que buenas, te hará sentir menos saciedad y más hambre, ya que las bacterias beneficiosas incrementan la producción de péptidos saciantes capaces de informar al cerebro sobre cuándo parar de comer; en cambio, las bacterias perjudiciales inhiben la secreción de estos péptidos, por lo que tendremos más hambre. En resumidas cuentas, las bacterias malas nos harán engordar”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (pág. 108). Grijalbo.

6. “Somos lo que absorben nuestras bacterias”

        “Recapitulando toda la información que hemos ido viendo, sacamos la conclusión de que, cuando nos alimentamos, estamos, a la vez, alimentando a los cientos de billones de microbios que hablan en nuestro intestino. Por tanto, podríamos afirmar que realmente “no somos lo que comemos” sino que “somos lo que absorben nuestras bacterias”, porque son ellas las que van a transformar estos alimentos en productos beneficiosos para nosotros”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (pág. 125). Grijalbo.

         Para ir acabando mi artículo, quiero comentaros que en el libro tiene capítulos tan interesantes como:

-          “Qué y cómo hay que comer”.

-          “Enganchados al azúcar”.

-          “Las dietas”.

-          “Receta”. 

        En la Conclusión del libro, Blanca nos señala su reto profesional:

         “Ahora que empezamos a entender el lenguaje que habla nuestro intestino, solo tenemos que escucharlo. Si después de leer este libro no he conseguido que tu objetivo no sea adelgazar, sino mejorar tu salud, me plantearé dedicarme a otra cosa”.

        García-Orea, B. (2021): “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. El intestino, nuestro segundo cerebro”. (pág. 247). Grijalbo.

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